El cierre de ejercicio es un momento clave para cualquier pyme. No solo por el resultado contable, sino por el impacto directo que tiene en la tesorería y en la capacidad de la empresa para afrontar los primeros meses del nuevo año.
En este periodo es habitual que muchas empresas presenten buenos resultados, pero se enfrenten a falta de liquidez debido a plazos de cobro largos, concentración de pagos o incremento puntual de gastos.
La diferencia entre resultado contable y liquidez
Uno de los errores más comunes en el cierre de ejercicio es asumir que un buen resultado implica una buena situación financiera.
Sin embargo:
La facturación no siempre coincide con el cobro.
Muchos ingresos están pendientes de vencimiento.
Los pagos (impuestos, proveedores, nóminas) sí tienen fechas concretas.
Por eso, una empresa puede cerrar el año con beneficios y, aun así, tener tensiones de tesorería.
Por qué el cierre de año exige una planificación específica
Durante el cierre de ejercicio se concentran varios factores que afectan a la liquidez:
Liquidaciones fiscales.
Pagas extraordinarias.
Ajustes con proveedores.
Preparación operativa para el inicio del nuevo año.
Además, en estas fechas los procesos bancarios suelen ralentizarse, lo que limita la capacidad de reacción ante imprevistos.
Soluciones de liquidez adaptadas al cierre de ejercicio
Para muchas pymes, la clave está en anticipar cobros futuros y ajustar la tesorería al calendario real de pagos.
Entre las soluciones más utilizadas en esta etapa se encuentran:
Anticipo de facturas ya emitidas.
Descuento de pagarés pendientes de vencimiento.
Soluciones de financiación ligadas a ventas reales, no a endeudamiento estructural.
Estas alternativas permiten obtener liquidez sin comprometer la operativa futura de la empresa.
Ejemplo práctico
Una pyme de servicios cierra el ejercicio con una cartera de facturas a cobrar en los próximos 60 y 90 días.
Sin embargo, necesita liquidez inmediata para hacer frente a impuestos y garantizar continuidad operativa en enero.
Mediante el anticipo de parte de esos cobros:
Mejora su posición de caja.
Evita tensiones en el cierre.
Inicia el nuevo año con mayor estabilidad financiera.
Ventajas frente a la financiación tradicional
Las soluciones de liquidez alternativas presentan diferencias claras frente a la banca tradicional:
Procesos más ágiles.
Menor carga burocrática.
Financiación vinculada a la actividad real de la empresa.
Flexibilidad para adaptarse a momentos puntuales como el cierre de ejercicio.
Cada operación se analiza de forma individual, teniendo en cuenta la situación concreta de cada pyme.
El cierre de ejercicio no debería convertirse en una fuente de tensión financiera.
Una correcta planificación de la liquidez permite:
Cerrar el año con tranquilidad.
Cumplir con las obligaciones sin frenar la actividad.
Empezar el nuevo ejercicio con margen de maniobra.
Anticiparse y gestionar bien los cobros pendientes es clave para transformar el cierre de año en una oportunidad de estabilidad y crecimiento.