El concurso de acreedores es un procedimiento judicial en el que puede verse envuelta cualquier empresa con problemas económicos.
Se trata, por tanto, de un proceso que trata de ayudar a las empresas en situación de insolvencia a articular un sistema que les permita hacer frente a sus deudas actuales.
En resumen, el deudor recurre a la justicia para poner orden en la situación y pagar las deudas.
¿Qué finalidad tiene el concurso?
Con el concurso de acreedores se busca alcanzar una solución global ante dicha situación de insolvencia.
Por un lado, protegiendo a los acreedores del deudor, y que estos puedan cobrar sus créditos, de la forma más ordenada y eficiente posible.
Para ello, los acreedores sólo podrán reclamar sus créditos a través del procedimiento concursal y cobrarán, en la medida que existan bienes para satisfacer los créditos.
Al mismo tiempo, pensando en la continuidad de aquellas empresas que tengan viabilidad.
Es decir, la Ley contempla mecanismos para que las mismas puedan reestructurarse y alcanzar acuerdos con los acreedores que le permitan mantener su actividad.
Cuando no resulte posible, la Ley prevé el cierre de la empresa y la liquidación ordenada de sus bienes para pagar las deudas (o la parte que se pueda).
Fases del procedimiento concursal
Fase común |
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Sección 1ª |
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Sección 2ª |
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Sección 3ª |
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Sección 4ª |
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Fase de convenio |
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Sección 5ª |
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Fase de liquidación |
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Sección 5ª |
En caso de no poder llegar a suficientes acuerdos de quita y espera, se procede a la fase de liquidación. La fase de liquidación puede abrirse en cualquier momento del concurso, a instancia del deudor, pero también, entre otros casos, si no se presentan propuestas de convenio o ninguna de ellas es aprobada. Esta fase supone la venta de todos los bienes del deudor, para pagar el máximo de deuda posible (siguiendo el orden establecido legalmente). Durante esta fase el deudor perderá sus facultades de administración, disposición y gestión, que pasarán al administrador concursal. |
Calificación |
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Sección 6ª |
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